¿Se puede aprender a morir?


Tenemos la muerte presente en cada día. Tan ordinaria que la vivimos inconcientemente en un estado absoluto de ignorancia.
Las pequeñas muertes, las de los objetos, la de ir a dormir por la noche, el final de reuniones con amigos, un sentimiento o una forma de pensar que dejamos atrás, todos ellas nos parecen normal, a penas les prestamos atención .
La muerte al final de una vida más bien nos asusta por lo desconocido. Nos da miedo por su forma definitiva. Por no saber qué hay al otro lado, si existe algo.
Aprendemos a temprana edad, que los objetos físicos no perduran eternamente. Nos vamos a dormir sin miedo. Sabemos que llega el manaña con otras oportunidades. Tenemos rituales para acabar la buena velada con los amjgos. Dejamos un sentimiento atrás y cambiamos nuestros conceptos mentales puesto que por intuición sabemos que es el momento de crecer, de superarnos.
¿Podemos prepararnos para el momento más importante de nuestra existencia en el cual concluye todo?
Quisiera invitaros a vivir el presente con la máxima atención, con la finalidad de disfrutar de todos los momentos. Quizás de este modo, estas pequeñas muertes de cada día nos preparan para vivir el final de nuestra vida con agradecimiento, con paz y aceptando profundamente su desenlace natural.

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