Hemos entrevistado al Doctor Germà Morlans, Responsable de la Unidad de Curas Paliativas de la Fundación Privada Hospital Asil de Granollers. Es una persona que, por su trabajo, se enfrenta diariamente con la muerte y su entorno. Él nos ha dado una visión profesional y personal de este impás. Creemos importante difundir su experiencia, para entender un poco más este proceso y saber como enfrentarlo. Esperamos que os ayude.
Próximamente, iremos colgando el resto de vídeos de la entrevista, seguidos de su transcripción.
Me llamo Germà Morlans. Soy médico especialista en medicina interna y en geriatría. Desde hace 18 años, la mitad de mi ejercicio profesional, hace 36 años que ejerzo como médico, soy el responsable de la unidad de curas paliativas de la Fundación Privada Hospital Asilo de Granollers.
¿Por qué soy médico? A mis 16 años, un hermano mío me hace hacer esta pregunta: Germà, ¿qué quieres ser o de qué quieres trabajar? Y realmente, al acabar el bachillerato y afrontar el COU, no lo tenía claro. Mi padre es médico, mi hermano mayor es médico, y reconozco que había un cierto mimetismo familiar, pero no lo tenía muy claro y me orientaron a ir a un centro en Barcelona donde, durante 2-3 días, me hicieron pruebas psicotécnicas, entrevistas. La anécdota o no anécdota es que me dijeron: carrera universitaria, piénsatelo; aquella división clásica de letras o ciencias: mejor que hagas letras no ciencias. Y en algún momento también me debían de plantear el tema de la medicina y me dijeron: lo de la medicina mejor que no. Entonces me dijeron: de estas orientaciones, usted haga el caso que tenga que hacer, no tiene la obligación de seguirlas de pe a pa. Y al acabar el COU me apunté a medicina. Puedo decir que me saqué la carrera a la primera, no me fue excesivamente difícil, debía de ser buen estudiante y tener facilidades. Y, entonces, al empezar a trabajar en la medicina, lo que sí tuve claro fue que haría especialidades no quirúrgicas o cirugía (no porque la sangre me dé miedo sino porque no me considero muy diestro con las manos), no era lo mío, pero la medicina sí: el hecho de preguntar a la persona qué le pasa, la exploración, y el hecho de razonar que con estas molestias y estas pruebas, esta persona puede tener esta enfermedad y se trata de este modo, con un discurso más literal que manual.
Vine a hacer el rotatorio aquí en Granollers, el jefe del servicio de medicina interna, el Dr. Herrero debía ver mis posibilidades, y me propuso que al licenciarme podía hacer guardia en este Hospital, después de entrar como médico de guardia a finales del año 1981, pude entrar como residente y mientras hacía la residencia, el Dr. Vicens Mercader, que era el médico de medicina responsable de la residencia del Asilo clásico del Hospital, ya puso en marcha el proyecto de geriatría. En aquel momento yo estaba de residente con el Dr. Mercader y me dijo: probablemente, el inicio coincidirá con el final de tu especialidad y tengas el título. El 1984 se puso en marcha el servicio de geriatría y reconozco que, viviendo en Llinars del Vallès ofrecerme un puesto de trabajo tan cerca…, mi entrada a geriatría es tan simple como esto: una oferta de trabajo. No engaño a nadie, “no soy un iluminado”. Me condujeron a la geriatría.
Lógicamente, iniciamos geriatría, que por cierto fue el primer servicio hospitalario en Cataluña y el tercero o cuarto en todo España. Aquí, realmente y por ley de vida, sí que en el colectivo de enfermos de edad avanzada el hecho de morir es más natural, y realmente los primeros que me enseñaron a hablar del proceso de la muerte y ser conscientes del hecho que se estaban muriendo fueron los enfermos y enfermas de cierta edad, que me enseñaron que se podía hablar de esto, que ya es un primer paso no tener miedo como profesional de decir: pues sí, lo que le está sucediendo es que se está muriendo, globalmente no es malo, los matices vienen según las edades y otras cosas. Aquí empecé. Entonces el servicio de geriatría fue creciendo y llegó un momento, en los 90, que tuvimos contacto con la unidad de curas paliativas, que es la primera, así como la de Granollers es la primera en geriatría, la Santa Cruz de Vic a la Plana de Vic, Osona, hay el primer servicio de curas paliativas de Cataluña y por vecindad nos pusimos en contacto e hicimos un traspaso de formación, compañeros de Vic vinieron aquí y compañeros de aquí fuimos a Vic. En este caso fui yo y aprendí las curas paliativas.
Viendo la necesidad que teníamos de mejorar la atención en el proceso de morir, a partir del año 97, el Hospital de Granollers decidió tener ya una unidad específica y por mi trayectoria y formación me dieron la responsabilidad de hacer el proyecto y el plan funcional y desde entonces lidero este proyecto.
Ahora bien, con la muerte, mi primera experiencia, fue en mi primera guardia médica aquí en el Hospital el 25 de julio 1979. A las dos del mediodía llega ahogada una niña de 3 años de Cardedeu que no pudimos recuperar. Después de un par de horas, llega un chico de 23-24 años, trabajador de una compañía eléctrica que se electrocutó y tampoco pudimos recuperarlo. Y, a media tarde, un paciente con un problema respiratorio ingresado en el hospital hizo una parada respiratoria, y al estar dentro del hospital lo pudimos intubar y lo pudimos revivir. Es decir, los jóvenes se murieron y la persona mayor pudo sobrevivir un tiempo más. Esa noche, a la hora de cenar, pensaba, si esto lo la medicina, “yo me voy”.
Unos meses más tarde, todavía en 79, aquí en Las Franquesas hubo un accidente de ferrocarril, creo que es el más importante que ha habido nunca en Cataluña. Resultaron muertas unas veintipico personas y los médicos del hospital, que en aquel momento, a las nueve de la mañana, podíamos salir del hospital, con coches de la policía nos llevaron a las vías del tren. Fui uno de los primeros que llegó y en algún caso el único que pude hacer es, atender a una chica de unos 14-16 años, sin piernas, desangrándose, que se murió en mis brazos. Por lo tanto, mis primeros contactos con la muerte fueron los primeros 6 meses, cuando yo era un médico joven que lo que quería diagnosticar correctamente y salvar vidas.
Por la trayectoria que os he explicado antes de la geriatría y el devenir en Cataluña de un conocimiento de la atención de curas paliativas, esto me trajo.