El Doctor Germà Morlans, gracias a su experiencia como responsable de la Unidad de Curas Paliativas de la Fundación Hospital Asilo de Granollers, nos orienta a cómo enfocar y aceptar el hecho de morir e indica la necesidad de los profesionales de la salud sepan acompañar estas situaciones.
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Morlans, La sociedad y la Muerte
Sobre la muerte siempre me sale decir que, como hecho, morir, es la única circunstancia que tenemos en común todos los humanos. Nacemos, vivimos en mejores o peores condiciones, más o menos tiempo, pero al final todos morimos. Por tanto, el hecho de morir, como tal, como algo que es inherente al ser humano, malo no puede ser. Una circunstancia que nos pasará a todos, que es el fin que todos tenemos, entiendo que morir como hecho de morir, no es malo. Ahora, qué sucede, en qué momento de la vida, un niño, una persona joven; o qué circunstancia: una enfermedad más larga, más corta con más problemas. Esto es lo que impacta y lo que puede ser doloroso.
Pero el simple hecho de morir, no debería angustiarnos, porque es nuestro fin. Y puede que éste sea el motivo de que no hablemos, el motivo de que no haya una docencia en el ámbito de la sociedad, por eso muchas ocasiones decimos que no hablar de la muerte es el último tabú nuestra sociedad avanzada del siglo XXI. Hemos avanzado, con la revolución cultural y social de la primavera del 68 en Francia, con el movimiento hippy, se empieza a cambiar y se habla de sexo, se habla de drogas, con la condición de educar correctamente a nuestra juventud, estar alerta en estas cosas. Hoy en día, por ejemplo, se empieza a hablar mucho de la alimentación, algo tan banal pero que sabemos que si no nos alimentamos bien podemos tener consecuencias. En los colegios ya empiezan a haber talleres de alimentación, talleres de conductas sexuales seguras. En cambio de la muerte, si yo ahora voy a un instituto, una escuela de niños de 13 -14 años y les preguntamos si en algún momento se ha hablado del proceso de morir, nos encontraremos que, en su mayoría, nos dirán que no.
Y en el ámbito de las familias, quizás en el momento que sucede la muerte de un familiar, pero incluso en estos momentos evitamos hablar de esto: ya tenemos suficiente pena con la enfermedad o la situación que está pasando el padre o la madre, no ?. Y a través de los jóvenes, de los niños, posiblemente, en una circunstancia de muerte con respecto al entorno familiar, como quizás la muerte de un abuelo o una abuela, para aquellos niños que ya tienen 6-9 años y los adolescentes, aprovechad este momento. Primero que se acerquen a su abuelo o abuela enferma, no apartarlos, que se acerquen, siempre y cuando el niño quiera, tampoco hay que obligarle. También en el ámbito de los padres de estos niños, hablar de la situación de la enfermedad, enfermedad que puede llevar a la muerte, y utilizar la palabra muerte, no palabras como viaje, u otras cosas como «los angelitos» o «el cielo «, no. Los niños integran que los seres vivos, los animales, las plantas, se mueren, los humanos también. Entonces en el ámbito familiar un consejo es aprovechar estos momentos y abordar la idea de que la última lección que nos da el abuelo o la abuela es que nos morimos. Cuando la muerte es a través del padre o la madre o un hermano o hermana, lógicamente, aquí también se debe hablar, también debemos estar presentes pero por la situación de impacto emocional, necesitamos más ayuda. La situación normal sería ésta, a través de los abuelos.
Se dice que los profesionales de la salud que, en sus 7-8-9 años, tuvieron la oportunidad de ver, los de nuestra generación, en su casa, la muerte de un abuelo o una abuela, lo que es ver el cadáver y ver este punto final, yo tuve esta y oportunidad, lo que agradezco a mis padres, somos gente que posiblemente no generamos tantos miedos y tantos tabúes respecto al hecho de morir. En mis años de formación universitaria de la licenciatura de medicina, de la muerte, no me habló nadie. Del hecho de que, como profesionales, debemos gestionar este proceso y cómo ayudar a los familiares, nadie nos hablaba, sólo se hablaba de curar, curar y curar. Y como os decía antes, morir, todos nos morimos, y nos morimos habitualmente a través de una enfermedad. Es necesario que los profesionales de la salud también sepamos gestionar y actuar profesionalmente en este proceso. Esta es la revolución sucedida a escala de Europa a finales de los años 90. Llevamos unos 20-25 años de un movimiento de cuidados paliativos que es la profesionalización de la atención en el proceso de final de vida y que esto siendo algo que es más antiguo que todos nosotros, en el ámbito de la profesión sanitaria, se ha puesto como una competencia, una mejora en los últimos años. Quizás, primero teníamos que intentar tener buenas técnicas quirúrgicas, tener buenos tratamientos para las enfermedades cardiocirculatorias. Quizás esto era perentorio para vivir más y mejor y, posiblemente, lo que es normal y corriente que es que al final todos morimos, han tenido que pasar unos años de medicina moderna para llegar a tener unidades como la nuestra y equipos preparados para poder hacer esta atención.